En nuestra sociedad, el estatus de las mujeres continúa mejorando. Como dice la publicidad de cigarrillos, “Has recorrido un largo camino, muchacha”. Ciertamente, parece que ahora tenemos Igual Oportunidad de Charlatanismo.
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El sexo vende. Siempre fue un objetivo popular para el charlatanismo, pero éste solía estar dirigido sobre todo a los hombres. A principios del siglo veinte, el Dr. John Brinkley hizo mucho dinero prometiendo rejuvenecer a los hombres implantándoles quirúrgicamente testículos de cabra en sus escrotos. Sumado a la restauración de la potencia sexual, afirmaba que sus tratamientos funcionaban de maravilla en diecisiete dolencias, desde el enfisema a la flatulencia con una tasa de 95 por ciento de éxito. Su historia se relata en un libro entretenido: Charlatan: America’s Most Dangerous Huckster, the Man Who Pursued Him, and the Age of Flimflam(Charlatán: El charlatán más peligroso de los Estados Unidos, el hombre que lo persiguió, y la Era del Engaño), de Pope Brock.
Más recientemente, hemos visto bandejas de entrada llenas de spams con ofertas para alargar penes y curar disfunciones eréctiles con remedios naturales sin prescripción de drogas. Algunos de estos remedios funcionan… ¡pero solo porque son ilegalmente adulterados con prescripciones de drogas! Hubo ofertas ocasionales que apuntaban a las mujeres; por ejemplo, afirmando agrandar sus pechos con masajes, ejercicio y suplementos herbarios. Los pechos son bastante obvios, de manera que eran un blanco natural. Las vaginas eran un blanco menos obvio: ocultas a la vista y no tan aceptadas socialmente como tema de conversación. Pero más tarde parece que abunda el charlatanismo vaginal.
La vagina se limpia a sí misma
No hay necesidad de duchas vaginales u otros procedimientos para limpiarla o purificarla. (Así como el colon se limpia a sí mismo sin necesidad de regímenes de “desintoxicación”. La idea que de las paredes están revestidas con residuos de hamburguesas acumulados durante años es absurda). El duchado vaginal no solo es innecesario, también puede cambiar el pH normal de la vagina y producir infecciones y otros problemas.
Gwyneth Paltrow aboga por la vaporización de la vagina. Dice: “Te sientas en lo que esencialmente es un mini-trono, y una combinación de vapor infrarrojo y artemisa limpia tu útero, et al. Es una liberación energética —no solo una ducha de vapor— que equilibra las hormonas femeninas”. Los expertos se han pronunciado en contra: no hay ningún beneficio respecto a la salud y existe una posibilidad real de daño.
Algunas mujeres usan aceite íntimo Yoni () para promover la frescura, humectar y mantener la salud vaginal. Incluso hay un aceite Yonic ayurvédico. Se dice que trata infecciones, reacciones alérgicas, desbalances hormonales, herpes, sequedad y aspereza. Supuestamente, también refuerza la vagina e incluso trata quistes ováricos. Hasta existe el Sagrado Aceite Yoni adaptogénico.
Ciertamente, a veces la vagina requiere un poco de ayuda. Uno de mis más vívidos recuerdos de la práctica médica se refiere a una mujer que vino quejándose de una secreción vaginal pestilente. Le quité un tampón podrido que se lo había olvidado de sacar luego de la última menstruación. No puedo recordar un olor tan horrible; la sala de examen estuvo cerrada varias horas luego de atenderla. Pero no tuve que hacer nada excepto sacar el tampón; la vagina se encargó del resto. Se auto-limpió y volvió rápidamente a la normalidad.
Supersticiones menstruales
La vagina ha sido considerada durante siglos como “sucia” . El autor romano Plinio escribió: “El contacto con el flujo mensual de mujeres torna el vino nuevo en agrio, marchita las cultivos, mata los injertos, seca las semillas en los jardines, hace caer los frutos de los árboles, torna borrosa la superficie de los espejos, opaca la agudeza del acero y el brillo del marfil, mata las abejas, oxida el hierro y el bronce, y causa un horrible olor que llena el aire”.
En muchas sociedades, se apartaba en un refugio menstrual a las mujeres que estaban menstruando. En Nepal, la tradición chhaupadi indicaba que estuvieran en un establo o refugio provisorio, evitar el contacto con hombres y también evitar ciertos alimentos. Las mujeres morían por inhalación de humo y monóxido de carbono, envenenadas en refugios pésimamente ventilados y también por picaduras de serpientes, violaciones y ataques de animales salvajes. Esta práctica fue prohibida por la Suprema Corte de Nepal en 2005, pero continúa, y en 2017 Nepal aprobó una ley por la cual se imponía una multa y sentencia de cárcel a quien forzara el exilio de las mujeres que estaban menstruando.
Las mujeres judías ortodoxas deben darse un baño ritual en una Mikve siete días después de la menstruación para recuperar el estado de pureza espiritual cuando estén listas para procrear. Estas restricciones significan que no tienen sexo durante medio mes. Para determinar cuándo terminó una menstruación, se insertan una tela nidá blanca en la vagina.
Cosas que no van en la vagina
Las cosas que las mujeres se colocan en las vaginas resultan sorprendentes. Para la vaginitis se insertan yogur o tampones bañados en yogur. Para una infección por hongos, se meten un diente de ajo entero o cortado. Dicen que esto va a irritar y quemar el tejido normal, pero aseguran que va a curar una infección donde el tejido ya está irritado. Existe el caso de una mujer que se puso palitos de madera en la vagina para terminar con un embarazo; los palos se desplazaron a través de la pared vaginal y le causaron dolor en la cadera.
Los médicos han tenido que extirpar de las vaginas toda clase de cuerpos extraños. En un caso publicado, sacaron un cuerpo de plástico con un borde de aluminio, de forma hexagonal. La paciente negó haberlo puesto ahí y saber algo acerca de ello. A una mujer le encontraron un supositorio vaginal. En otro caso hallaron parte de una linterna que aparentemente había sido introducida por un violador un año antes. En otro caso, un patólogo que examinaba un espécimen de útero luego de una histerectomía encontró un grillo muerto en la cavidad uterina. Realmente. Está en un informe publicado en una revista médica, y hay una foto online. Buscar en Google “dead cricket in uterus” (grillo muerto en el útero) lo va a llevar directo a la foto.
Las mujeres se colocan cosas en la vagina por razones de salud, para el placer sexual, para esconder drogas ilegales, o debido a trastornos psiquiátricos. En el siglo 18, Mary Toft se metió conejos vivos en la vagina para engañar a los médicos haciéndoles pensar que estaba pariendo conejos. Los niños se colocan objetos cuando exploran sus cuerpos; pueden no admitir lo que han hecho. Se les han encontrado cosas tales como capuchones de lapiceras, juguetes y papel higiénico. Me enteré del caso de una niña que se metió un tren de juguete, y éste estuvo tanto tiempo que le creció tejido de granulación dentro y fuera de las ventanillas del tren. Estaba tan incrustado que tuvieron que extirpar el útero de la niña para sacar el tren.
Algunos naturópatas mal informados han usado escaróticos corrosivos como ungüento de Sanguinaria canadensis para tratar lesiones precancerosas. Éstos queman tanto el tejido normal como el anormal y forman una costra. Créanme, es una muy mala idea. Terrible.
Han habido informes que indican que las chicas de la secundaria se insertaron tampones bañados en vodka para emborracharse, pero Snopes dice que es solo una leyenda urbana. A las mujeres que se ponen cosas en la vagina convendría aconsejarles que recuerden el cuento aleccionador del síndrome del shock tóxico, donde los tampones muy absorbentes llevan a serias infecciones debidas a estreptococos y estafilococos. Con el tiempo fueron quitados del mercado luego de que murieran varias mujeres.
Los huevos de Jade y otras charlatanerías
Hay perlas de desintoxicación herbaria, píldoras vaginales con infundidas con marihuana, palillos japoneses para apretar la vagina, y raspaduras de roble o gallaritas en polvo (crecimientos anormales que se forman cuando las avispas depositan sus larvas en las ramas). Hay numerosas marcas de geles vaginales, cremas, píldoras y aerosoles que prometen “hacer virgen de nuevo a una mujer”. Un columnista online toma estas prácticas para tratar las vaginas como “paredes a las cuales se arrojan espaguetis medicinales”. No hay rastros de evidencia de que tales prácticas hagan algo bueno, y muy probable que hagan mal: por ejemplo, secar la mucosa vaginal y causar una infección.
Una de las charlatanerías vaginales más notorias son los huevos de jade de Gwyneth Paltrow. Sí, ella quiere que Ud. se meta una roca de 66 dólares allí. Ud. también puede “respirar pasión” en su práctica con los huevos de jade con Respiración Yoni para incrementar su energía de fuerza vital. Ella dice que los huevos de jade son un secreto ancestral de las concubinas chinas. Dice que ello va a desintoxicar y mejorar su vida sexual, equilibrar su ciclo menstrual e intensificar la energía femenina. No, no lo va a hacer. Y la roca porosa puede albergar bacterias. La ginecóloga Jen Gunther ha publicado una carta abierta a Paltrow explicando por qué sus huevos de jade vaginales son una mala idea.
Paltrow también advierte sobre las toxinas en los tampones. No hay toxinas en los tampones. Una falsa alternativa a los tampones son las compresas embebidas con chips de aniones. El chip de aniones incorporado y mejorado y la función de rayos infrarrojos inhibe las bacterias, incrementa el crecimiento de bioenzimas y regula las secreciones ácidas en la vagina. Emite ondas magnéticas biológicas y activa las moléculas de agua en las células. Esto es nada más que una tontería pseudocientífica sin sentido, o quizás sería más apropiado llamarla necedad.
Charlatanismo invasivo
La Nuvell Clinics ofrece un disparo orgásmico, inyectando su propio plasma rico en plaquetas (PRP) en el área superior de la vagina y en un área cercana al clítoris, supuestamente para que Ud. tenga mejores orgasmos. Y luego hay una cirugía opcional de reconstrucción o rejuvenecimiento vaginal para crear la “vagina diseñadora”. Organizaciones de ginecólogos estadounidenses, australianas y canadienses se han pronunciado contra esta riesgosa operación.
Conclusión
Las vaginas no necesitan ser alimentadas con ajo, yogur, huevos de jade o cualquier otra cosa. No necesitan limpiarse con duchas ni nada por el estilo. Cualquier consejo en contra es charlatanería hasta que se pruebe lo contrario.
Nota
- N. del T.: también llamado Yonic.
Traducido por Alejandro Borgo. Según lo visto en Skeptical Inquirer.